Alguien me dijo alguna vez que el dolor nos recuerda que estamos vivos. A veces lo repito para mis adentros cuando tengo una dolencia. Se vuelve un mantra para sentirme mejor mientras mi cuerpo se recupera. Hay días en los que la espera se hace larga. Miro por la ventana y adivino las luces de la ciudad que comienzan a encenderse a una hora determinada. Los cerros en el horizonte parecen un mar de estrellas. Hay unas luces que brillan más que otras, juego a buscarlas al día siguiente. Me la paso mirando las montañas y las nubes imitando las formas de la tierra. De pronto en medio de la espera escucho que llegan. Dicen que vienen de la biblioteca y que van a regalarnos palabras. Aunque llevan el tapabocas puesto se ve que sonríen por la expresión de los ojos. La última vez vinieron con un kamishibai y me hicieron reír bastante. Nos visitan en el Hospital Pablo Tobón. Van por las habitaciones leyendo cuentos a los que guardamos reposo en una habitación. Más que eso, creo que lo que hacen es regalarnos un poquito de esa vida que habita en los libros. En agradecimiento nosotros les regalamos sonrisas. Creo que también se llevan un poquito de nuestro corazón. Me parece un trato justo.
Las bibliotecas y la lectura en espacios no convencionales abren nuevas formas de interacción con la cultura y el conocimiento, pequeñas lecturas en voz alta, el préstamo de libros, compartir alrededor de las palabras o un taller transforman lugares en espacios de encuentro, donde la cultura se vuelve accesible y fundamental en estos contextos diversos. Los lugares dejan de ser solo para el tránsito, las actividades cotidianas como las compras se convierten en oportunidades de aprendizaje, las personas privadas de la libertad tienen una forma diferente de libertad y reflexión, mientras que en los hospitales las palabras se convierten en terapia y esperanza.
Es así como el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín desde hace algunos años ha llevado a centros comerciales la actividad “Palabras para Medellín”, al centro de reclusión Pedregal la actividad “Arte para la libertad”, a medios de transporte, parques y calles “Regalando palabras”, y en este año se suma el Parque Biblioteca Tomás Carrasquilla con una oferta de actividades al Hospital Pablo Tobón Uribe, ubicado en Robledo, y que durante más de 54 años ha prestado sus servicios a toda la ciudad.
Entre juegos, cantos y cuentos
El lema «Un hospital con alma» destaca el enfoque integral del bienestar que se promueve en el hospital, extendiendo su impacto más allá de la medicina. Al incorporar actividades del Parque Biblioteca en lectura, experimentación, medio ambiente y ciencia en cada rincón del hospital, se crea un entorno más humano y enriquecedor para pacientes, cuidadores y el equipo de trabajo. Este enfoque no solo ayuda a aliviar el estrés y la ansiedad asociados con la hospitalización, sino que también fomenta la conexión con la comunidad. En cada habitación y espacio del hospital la cultura se integra integrarse para mejorar la experiencia general de los pacientes y sus familias.
Entre todos los espacios del Hospital Pablo Tobón Uribe, ocupa un lugar especial el Aula Pablito, en el que se desarrollan programas lúdico-pedagógicos que contribuyen al desarrollo y recuperación de los pacientes pediátricos en condición de hospitalización y sus familias. A este espacio el Parque Biblioteca llega con actividades que permiten la exploración de la naturaleza, el aprendizaje acerca del medioambiente, la experimentación con robots, y el disfrute de la lectura en voz alta se combinan para crear un entorno de aprendizaje y juego que ayuda a los niños y sus familias a sobrellevar su hospitalización.
Un trabajo articulado entre ambas partes que no solo aporta al bienestar físico, sino que también impacta el bienestar emocional de los pacientes, una iniciativa que también es terapia para la mente y el espíritu en un ambiente acogedor, cálido y humano que proporciona la palabra y la interacción con otros, permitiendo también una conexión valiosa con el mundo exterior.
Regalando palabras para el corazón
Regalamos palabras habitación por habitación, donde se comparten en voz alta poemas, cuentos, adivinanzas y risas con pacientes de todas las edades: niños, adolescentes, jóvenes y adultos. A través de las historias que llevamos, se brinda a los pacientes momentos de alegría, reflexión y compañía, transformándose en una herramienta terapéutica para sobrellevar el aislamiento, el estrés y la enfermedad, contribuyendo de manera significativa a su bienestar emocional y al proceso de recuperación.
Desde el Parque Biblioteca estamos seguros de que la lectura en hospitales se convierte en una intervención que no solo mejora el estado de ánimo y la calidad de vida de los pacientes, sino que también genera un entorno más humano y resiliente. Es una clara muestra de que estas acciones pueden tener un profundo impacto en la experiencia del cuidado y la recuperación, permitiendo que los libros y las historias acompañen y sanen tanto como la medicina.