La forma como brotan a veces las flores en el pavimento va más allá de todo entendimiento. La interacción se determina a partir de la contemplación y la admiración. Algunas nacen por sí solas y otras, muchas veces, se dotan de sentido gracias a la intencionalidad de otros por cuidarlas. De esta manera, podemos describir el ejercicio filantrópico del voluntariado en el Parque Biblioteca Manuel Mejía Vallejo de la Comuna 15, Guayabal, a manera de muestra de cómo las bibliotecas cobran importancia en un lugar en cuanto son habitadas y apropiadas por los habitantes del territorio.
En esta biblioteca, casi desde sus inicios, han existido diferentes personas que, de manera desinteresada, se acercan para dejar una semilla de conocimiento en la comunidad. Talleres de idiomas, de electricidad, de marroquinería, de ajedrez, de yoga, y muchos otros, han sido algunos de los cursos que se le han ofrecido al territorio, gracias al gesto de quienes han llenado de sentido los propósitos de este proyecto de ciudad.
“Tengo que recordar que no puedo ayudar a todos… yo quisiera ayudarle a los del barrio que no tienen recursos… quiero ayudarles a la gente de la calle que no tiene cómo comer… pero no puedo… trato de vivir lo más bien que pueda sin afectarme que no puedo ayudarlos a todos”, menciona con lágrimas en los ojos el profesor de inglés, que lleva más de ocho años compartiendo su conocimiento en la Unidad de Información. Es un ciudadano norteamericano, que, de manera genuina, lleva más de diez años en el país, ofreciendo su conocimiento para ayudar a los demás.
Al escuchar estas palabras, queremos, desde la gratitud, resaltar que estos espacios abiertos en el Parque Biblioteca acercan a la comunidad y visibilizan el espacio como un lugar de encuentro, en donde se genera sentido de pertenencia en los habitantes de la comuna y los impulsa a crear más actividades de este tipo, que hacen partícipe a la biblioteca de los eventos culturales de Guayabal. Es claro que el sentido de las bibliotecas se da a partir de las dinámicas del territorio y, particularmente, en esta comuna, los voluntarios cumplen un papel fundamental.
Este ejercicio de tejido con el territorio nace de manera voluntaria por parte de las personas que se ofrecen a compartir su conocimiento; el Parque Biblioteca, por supuesto, siempre tiene las puertas abiertas para este propósito: para que sigan creciendo las flores en el pavimento.