El corregimiento San Antonio de Prado, ubicado en el suroccidente de Medellín, es un territorio rico en contenido histórico a nivel patrimonial como en su evolución cultural y social de la ciudad, a lo que se suma la belleza natural, biodiversa en espacios propicios para la conservación y/o el desarrollo agroindustrial, agrícola y ganadero, como lo demuestra el auge y la expansión de este sector para la economía del corregimiento, la ciudad y el departamento. El conocimiento y la exploración de sus dinámicas culturales, económicas y sociales imponen la exploración minuciosa de cada rincón del territorio e invitan a conservar su memoria.
La experiencia de los recorridos propuestos es el encuentro con el sincretismo social y cultural del corregimiento; muestra de ello son los caminos de herradura y las modernas carreteras que invitan a explorar sus reservas naturales, bancos de nubes y verdes horizontes, en los que contrastan los desarrollos urbanísticos con las tradicionales y antiguas construcciones, muchas de ellas datan de 1869, cuando fue fundado en la zona suroccidental del municipio de Itagüí y, desde 1903, integrado a Medellín.
Vamos pa´ Prado, la actividad del Parque Biblioteca José Horacio Betancur, tiene como objetivo recuperar, preservar y difundir la historia del corregimiento, sobre todo aquella historia contada por sus habitantes; ahondar en sus raíces culturales, sus saberes tradicionales y sus vocaciones agrícolas y ganaderas.
Desde este espacio se ha contado con la participación de alrededor de 200 personas en lo que va de 2024, con lo que se ha evidenciado el interés de los ciudadanos en conservar la memoria, la tradición y la idiosincrasia Pradeña, esa misma que ha perdurado en sus habitantes por casi 121 años.
Potreritos, Montañita, Astillero, San José, La Verde, son algunas de las veredas que los recorridos han permitido reconocer y difundir su historia y cultura. Ellas entrelazan en cada rincón de sus calles las semblanzas y tradiciones de sus habitantes; a su vez, La Limona-Manguala, Guapanté, y el Mirador de El Silencio, regalan a sus visitantes paisajes impresionantes, donde la fauna y la flora terminan siendo las protagonistas, y las reflexiones afloran invitando a la conservación, al cuidado de este pulmón del suroccidente de la ciudad.
Vamos pa´ Prado se traduce en la exploración, al reconocimiento y la resignificación de la identidad pradeña, y nos invita a darle un valor preponderante al legado de su historia, y a aceptar esta suerte de ser testigos y guardianes de la belleza natural y biodiversa que guardan sus verdes y fértiles faldas y montañas.