Bajo el cielo la calle

Son muchas las discusiones locales y las opiniones manifiestas de usuarios y habitantes de la comuna 15 que identifican a la habitanza en calle y el consumo de sustancias psicoactivas como dos problemáticas álgidas en el territorio. Si bien se han trabajado e intervenido desde frentes institucionales como los de las Secretarías de Salud, Inclusión Social, Familias y DDHH, siguen teniendo mucha tela por cortar y maneras de abordar, pero ¿Qué puede hacer una infraestructura cultural para desarrollar estos temas y aportar a su mitigación? Pues al pensar en el deber ser de las bibliotecas en la ciudad, llegan a la mente obligaciones como el acceso a la información, la promoción de la lectura, la formación en tecnologías de la información y la comunicación y el acceso a la cultura, esta última tan amplia y abstracta en ocasiones, como el mismo concepto. 

Para orientar este asunto, desde el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín se reconoce la importancia de la lectura de los territorios en la formulación de los planes de trabajo de cada unidad de información y es por eso por lo que, especialmente la línea de gestión social y cultural ha sido la llamada a revisar con oportunidad y pertinencia, el tipo de actividades que en estos asuntos compete ofertar desde cada biblioteca y, desde el Parque Biblioteca Manuel Mejía Vallejo, se ha hecho lo propio para contribuir positivamente al tratamiento de ambas problemáticas en Guayabal. 

Una idea de equipo que surgió en el 2022 dio nacimiento a “Bajo el cielo la calle”, una iniciativa que, desde los frentes de la prevención, el acceso a la información sobre rutas de atención y acciones de arte y cultura, buscó el abordaje de la habitanza en calle como una condición de libre elección a la que las personas llegan por diversos motivos y que se ha convertido en un flagelo social y de salud pública que se alimenta de las prácticas culturales que la misma sociedad perpetúa como el asistencialismo. La agenda contempló una charla sobre el libro de la calle, una exposición llamada “Todos somos humanos”, la realización de pruebas rápidas de VIH, la presentación de un grupo musical, la proyección de una película y la socialización de rutas de atención de la problemática. 

En el año 2023 se amplió el propósito del encuentro para sensibilizar sobre las razones por las cuales se llega a habitar la calle y a consumir sustancias psicoactivas, al compartir la investigación sobre las diferentes calificaciones y acepciones que les han dado a estas personas en Medellín, en ocasiones invisibilizadas y cobijadas bajo el manto del consumo en una generalización que permanece en el imaginario social. Fue una conversación alimentada por las visiones de los usuarios de los clubes de lectura y de los habitantes de calle en procesos de resocialización, enriqueciendo la reflexión de ese año, y logrando encontrar puntos en común con ese otro al que usualmente le llaman “desechable”, ahora bien ¡desechable ¿quién?! 

Fueron aproximadamente 80 personas entre niños, jóvenes y adultos, las que acudieron al llamado del pasado sábado 2 de noviembre de 2024 a una jornada cultural que sobrepasó los precedentes y que giró en torno a la prevención de la residencia en calle y el consumo temprano de sustancias psicoactivas, especialmente mediante la atención de familias que por su extrema pobreza son altamente vulnerables a las problemáticas expuestas. En esta ocasión sumaron esfuerzos entidades como Bombillo Amarillo que facilitó el transporte para las familias identificadas por la Corporación Everyday Homeless, esta última, aliada fundamental en las tres versiones con las que cuenta este evento. Así como la Compañía de Galletas Noel, el Escuchadero de Trinidad y el Metro de Medellín que, con productos alimenticios y libros, permitieron que los participantes se alimentaran durante la jornada y se llevaran buenas lecturas para casa. 

Las estrategias de Escuchadero y Centro de Escucha de la Secretaría de Salud, impartieron acciones con relación a la identificación temprana del consumo y la prevención de este en los hogares, así como de consciencia sobre las repercusiones del consumo problemático en adolescentes y jóvenes. Las Secretarías de la Mujer y de la Juventud, así como el Parque de la Conservación, se unieron con actividades en torno a las Nuevas Masculinidades y al reconocimiento de entornos seguros en la ciudad, dando herramientas a los jóvenes para la gestión de ayudas y acceso a rutas de atención.  

Y la biblioteca, anfitriona y gestora del evento, desplegó toda una serie de actividades para la proyección de metas y sueños en estas personas, así como para el aprendizaje de herramientas TIC para la comunicación en los niños. Entre juegos y canciones, la acogida de las familias y usuarios hacia el reconocimiento del espacio fue otra de las acciones ejecutadas por la unidad de información para el disfrute de la lectura y la conversación amena con enfoque de formación ciudadana, con miras a contribuir al manejo del consumo de SPA y la prevención de habitanza en calle. 

¿Qué viene de ahora en adelante? No cesar el trabajo que se ha venido realizando en tanto el espacio ha sido reconocido por los usuarios de la biblioteca como necesario para continuar aprendiendo de ambas problemáticas, pero, sobre todo, para irse dotando de herramientas para aportar a su disminución. Estos años han dejado aprendizajes invaluables que habrá que retomar en cada planeación, pero sin duda, la consigna más importante que arrojan las experiencias vividas es que en la cultura, amplia y abstracta como se le concibe, está la clave para encontrar eso que nos une, que nos permite ver al otro por lo que es, un ciudadano, más allá de su vestido, procedencia o decisiones de vida, y en este aspecto, la biblioteca tiene todo por aportar. 

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