Vida y obra del autoritario Mario Escobar
«El corazón humano es inentendible. Ni yo mismo me entiendo el mío, a
veces. Así, ¿cómo pretender entender el de los demás?»
Mario Escobar
Imagen: Sílaba Editores
Mario Escobar Velásquez, autor de Chofer de taxi, no era precisamente el más amable de los escritores. Todo lo contrario, tenía una forma de ser dura y autoritaria que chocaba con mucha gente.
A quienes asistían a sus talleres de escritura creativa, los destruía. Obligaba a sus aprendices a usar diccionario, no cualquiera, el que él dijera. En su taller solo su voz autoritaria tenía el derecho de hablar, nadie más. Cuando se encontraba con algo bueno, guardaba silencio e invitaba a su casa a la persona en la que veía talento para darle el espaldarazo. Así lo hizo con algunos destacados periodistas y escritores en la actualidad. Solía decir entonces -como escribe Alaín en Chofer de taxi-:
«Temas, técnicas -como el idioma y las historias- son comunes y son de todos. Lo único propio en un escritor es el estilo.»
Como escritor, Mario le exige al lector hacerse una idea de lo que está escribiendo, para ello:
- Adjetiva sustantivos.
- Inventa palabras.
- Rescata lenguaje en deshuso.
- Usa expresiones arcaicas.
- Suelta tips de escritura.
«La vida y los personajes no suelen ser lógicos: los personajes de cuentos y novelas deben serlo. Es por eso que el autor modifica la realidad y la vuelve arte, que es lo que la vida no es, a ratos.»
Si bien ganó tres premios literarios, no obtuvo mayor reconocimiento como escritor, sino como crítico, profesor y tallerista. Como no lo querían publicar porque los temas sobre los que escribía no se vendían, optó por crear su propia editorial. Producto de las premiaciones y de su editorial, saldrían obras como:
- Cuando pase el anima sola. Por esta obra conocemos a Alaín, álter ego de Mario, Maestro de escuela. Para escribir esta novela Mario se internó en la selva. Ello le mereció el reconocimiento de Vivencias con el Premio Nacional de Literatura en 1979.
- Un hombre llamado todero. En esta novela vemos a un buscador de historias, gustoso del tango y con una preocupación que va a ser una constante en Mario: Príapo (figura mitológica que siempre tiene erección); es decir, el tema de la sexualidad masculina.
- ¿Te acuerdas, Margaritón? Cuento sobre su experiencia como cazador con el que ganó el Premio Internacional del Cuento Fernando González.
- Marimonda. En esta historia, Mario describe cómo las marimondas hacen para sobrevivir en un pequeño fragmento de islote.
- Toda esa gente. Aquí Mario hace un reconocimiento de esos grandes autores que le antecedieron: Tomás Carrasquilla (más que costumbrista), Epifanio Mejía (autor del Himno Antioqueño), Arturo Echeverry (escritor de Marea de ratas), Abel Sánchez (cuentista).
- Canto rodado. Historia de amor del personaje principal por bibliotecaria que le presta libros que en casa le dañan.
- Cucarachita nadie. Gracias a la bondad de una puta, esta novela es una reinvindicación al oficio de la prostitución.
- Tierra de cementerio. Mejor novela de Mario en la que se despliega toda una explotación de odio por los sacerdotes, muy en contra de esa frase que dice «carne de cura no es comida».
- Muy caribe está. Narración sobre el primer desembarco de los españoles y el consecuente aculturamiento de los nativos.
- Música de aguas. Última novela de Mario en la que vuelve a la infancia protagonizada por un niño al que le toca enfrentarse a un mundo muy duro, sosteniendo relación con un padre autoritario y una madre inexpresiva.
- Chofer de taxi. Novela póstuma que deja ver a un autor de escritura singular que no es ni fácil ni agradable, falto de claridad, redundante, pésimo para escribir finales, pero eso sí, muy bueno para observar y describir la condición humana.
- Historias de animales. Compilación que reúne tres cuentos: Marimonda, Historias del bosque hondo y Gato. Este último, es sobre un gato que no sabe cómo sobrevivir en la calle y la única manera en que consigue hacerlo, es enfrentándose a las situaciones.