Árboles de Guayabal: individuos arbóreos en el Parque de la Conservación

Árbol del pan – Artocarpus altilis

Existe en el mundo un árbol de pan que, aunque no produce panes, sus frutos son alimenticios y muy nutritivos. Se trata del Artocarpus altilis, un árbol cuyas hojas de composición simple son tan grandes que da la impresión de que pueden abrazar su entorno. En la comuna 15 hay varios ejemplares, dos de ellos al interior del Parque de la Conservación: uno frente al hábitat de los osos de anteojos y los cusumbos solos y, el otro que fue sembrado desde la semilla por el grupo de niños y niñas del Club Científico.

Solo se tenía un ejemplar del Árbol de pan, hasta que en el 2017, los niños y niñas cautivos por su forma, decidieron experimentar y estudiar su semilla. Propagaron cuatro ejemplares, de los que solo uno logró sobrevivir. Este resiste en la zona tres del parque y aunque apenas tiene dos años y tres meses, se ve muy grande.

Su fruto “la pana”, de tipo Sincarpo, es particular ya que tiene una apariencia un poco “agresiva” porque parece que tuviera espinas (algo parecida a la guanábana), sin embargo se caracteriza por su nobleza. Las semillas se pueden comer cocinadas y la pulpa cortada finamente y frita es deliciosa. Se dice que su llegada a Colombia se dio por que este alimento era consumido por los esclavos, de ahí también la pertinencia de su nombre: les proveía comida y con él se hacía harina.

Caobo – Swietenia macrophylla

En el Parque de la Conservación habita uno de los pocos ejemplares de caobo que hay en la ciudad, una especie que está calificada en Peligro crítico de conservación, ya que su madera, de alta calidad y durabilidad, históricamente ha sido usada para muchas actividades, entre esas, la ebanistería.

Este caobo, aunque está aislado de los demás árboles del parque, no crece solo. Se acompaña con su siamés, además, está en el hábitat de los monos capuchinos y es vecino de la anaconda. Aunque sus dos troncos están encerrados para evitar la fuga de los monos, sus ramas se extienden hacia arriba, aportándole gran altura que lo hace atractivo para muchas aves.

Acacias amarillas – Caesalpinia pluviosa

Aunque todo el Parque de la Conservación se caracteriza por su frescura, el túnel verde que forman las copas de las acacias es particularmente fresco. La sombra que producen estos árboles invita a detenerse justo debajo, a mirarlos y a contemplar todo el lugar y sus especies.

Dicen desde el parque que “en la temporada de agosto, las copas de las Acacias amarillas se cubren de flores. Todo un espectáculo de colores a los ojos de los visitantes y el mejor banquete para las avispas, abejas, colibríes y abejorros, que acuden en romería a disfrutar del polen y el néctar”.

Caucho – Ficus elástica

Vive en el parque un árbol enorme, ¡tan grande! Que desde el suelo es imposible capturar una fotografía en la que se vea completo. Lo llaman abuelo porque, aunque nadie conoce con exactitud su edad, basta con ver su tronco para saber que es un viejo, tal vez uno de los más antiguos del lugar.

El abuelo es un Ficus elástica, algunos lo nombran Falso Caucho, mientras otros prefieren no otorgarle tal adjetivo a un árbol. Se caracteriza por tener raíces aéreas que descienden desde sus ramas hasta el suelo, dando la impresión de que se desplaza y, en efecto, a medida que estas se van extendiendo, va ganando más terreno. Parece como si quisiera pasearse para ir a visitar a la pareja de leones u otros animales del parque o, como si tuviera la intención de caminar por toda la Avenida Guayabal para encontrar a su familia de Ficus en el Parque Cristo Rey.

Por suerte, su altura, le permite ver mucho de lo que pasa en el parque y en la comuna, lo que no, se lo cuentan los niños y niñas cuando vienen a abrazarlo o, los lagartos Geco de cabeza amarilla que se asoman en él cuando uno lo mira.