¿Cuántas veces una palabra amable, una frase o un pequeño gesto como una sonrisa nos puede cambiar el día? A veces, lo que parece un detalle sin importancia puede convertirse en un gesto para conectar con otros, y para recordar que no estamos solos y vivimos en comunidad.
Desde la Biblioteca Popular n. ° 2, creemos que no somos solo un espacio donde se almacenan libros, también, somos una presencia, un lugar vivo por y para las personas. Esta razón de ser nos da un sentido, y por eso Regalando palabras surge como una iniciativa que busca acercar la biblioteca a quienes aún no se animan a entrar, o incluso a quienes no saben que este espacio existe. Queremos que el barrio sienta que la biblioteca también está allá afuera, en la calle, en la tienda, en la parada del bus, en la vida cotidiana.
En esta propuesta, preparamos acciones que contienen frases, mensajes, juegos de palabras, recomendaciones de lectura y datos curiosos sobre nuestros servicios. Cada una es un gesto simbólico, un “aquí estamos”, una forma de regalar algo que no cuesta nada, pero puede significar mucho para quienes nos escuchan.
La actividad ha tenido lugar en diferentes espacios del barrio Popular, en recorridos a pie, encuentros comunitarios, o simplemente al salir a caminar. Lo que sucede es mágico, las personas nos reciben con sorpresa, expectativa y con curiosidad. Algunos leen en voz alta, otros guardan el papelito como un tesoro, otros preguntan por la biblioteca y deciden visitarla.
Así conocimos a Don Héctor, un adulto mayor del barrio que, con la excusa de leer la prensa en la biblioteca, llega acompañado de sus nietos, quienes terminan participando en las actividades que se ofertan. Como él, muchas otras personas llegan motivadas por diferentes razones, leer el periódico, prestar un libro, compartir espacios de lectura o simplemente pasar un rato agradable en familia. Cada historia es una puerta que se abre, una nueva forma de habitar la biblioteca.
Regalando palabras es una forma de decir que la biblioteca también escucha, también camina, también acompaña. Es una invitación suave, sin imposiciones, a imaginar otros mundos posibles. Una biblioteca que se deja tocar, que se mueve al ritmo del barrio y que encuentra nuevas maneras de estar presente.
A través de esta actividad, recordamos que la lectura, y la palabra son herramientas poderosas para el encuentro. Que a veces no se necesita más que un sobrecito con una frase para abrir la puerta a una conversación, a una visita, y a una historia compartida.
Y así, palabra a palabra, seguimos tejiendo vínculos con la comunidad. Porque una biblioteca también se construye en la calle, en el encuentro y en los gestos que nos acercan. Si nos ves en el barrio, estamos llevándote un pedacito de la biblioteca. Acércate y escúchanos.
