Fiesta de silencios

“En la biblioteca, hermosa fiesta de silencios. Afuera todo calla, hasta mi corazón tumultuoso.”
Gonzalo Arango

En medio del ruido convulso de una ciudad que no duerme, el silencio y la calma constituyen una rara excepción. Entre tulipanes, mandarinos y pimientos se encuentra en el corazón de Robledo la Biblioteca Pública Fernando Gómez Martínez, que por más de 30 años ha espectado silenciosamente los cambios de una Medellín agreste e incandescente que eventualmente olvida parar.  

La potencia trasformadora de este pequeño lugar radica en el carácter sigiloso de su accionar en el territorio, pues, durante las más de tres décadas en que ha mantenido sus puertas abiertas a la comunidad, ha logrado cautivar a cientos de personas que han encontrado allí una provocación e incitación a las diferentes expresiones artísticas y culturales.  

Es así entonces como la biblioteca ha constituido un lugar común; para los libros y las palabras, para la lectura y la reflexión, para la conversación y la escucha, y, sin lugar a duda, un lugar común para la contemplación, esa de la que pareciera estamos irremediablemente distanciados.  

Esta es pues, una apología a la quietud, a la calma con la que se mecen los árboles del antejardín de la biblioteca, a la apacible serenidad de sentarse en una de sus bancas y observar desde el occidente la imponente ciudad. A la pausa que nos permite degustar lo cotidiano. Y al valor agregado de encontrar sitios en los cuales hacerse consciente del valor del Mundo de la vida1 que se funde entre experiencias y libros, entre el viento y el cantar del pájaro que se incorpora en nuestros sentidos.  

En esta línea, cuenta la Fernando Gómez con una gran virtud, aunar en un mismo lugar la fuerza vivaz de la cultura, el arte y la tecnología por medio de procesos como Agenda artística, En dialogo con la comunidad, Otras formas de leer, Experimentación Tecnológica y Clubes de lectura. Con la casi quimérica tranquilidad de un espacio sosegado que permite paladear la existencia.  

Desde este espacio se reconoce también la importancia de construir con otros, por eso se han tejido redes con instituciones del territorio como el Colegio Graciela Vásquez, la IE Jesús Rey, y sedes de Buen Comienzo como Pan Aures, Cometas y Moninos, para hacer extensivo el abrazo de la biblioteca y su oferta cultural.  

Es definitivo que, ante un mundo de crisis silenciosas, las revoluciones silenciosas nos entregarán luces para hacernos más compatibles con la vida y la vida digna como motores de transformación social. Por eso les invitamos a visitar la biblioteca, a darle cabida a la reflexión, a la contemplación y la observación que nos pueden proveer de otras formas de situarnos en la existencia.  

Laura Arango 

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