Movido por mi gusto personal hacia la fotografía arquitectónica, entre los años 1988 y 1989 me dediqué a capturar las ruinas de la antigua Cárcel La Ladera, un espacio de la ciudad con una larga historia de delito y abandono, que fue deteriorada por el tiempo y saqueada por habitantes del sector después del traslado de los presos a la cárcel de Bellavista en el año 1976. En pie, solo quedaron las estructuras de la capilla central y los arcos de la entrada a la cárcel, que antiguamente sostenían el nombre del presidio.

Estas fotografías dan cuenta del paso del tiempo, de la transformación de un barrio que ha visto como de las ruinas surgen nuevos espacios para el deporte y la cultura, pero a su vez, son una protesta ante la mirada indiferente que ha tenido la ciudad frente al legado arquitectónico que se ha ido perdiendo en nombre del desarrollo.

Iván Gómez