Una serie de retratos  realizados en un acercamiento a la técnica del óleo, su autor es un joven pintor de San Antonio de Prado que, bajo las enseñanzas de su padre: Hernán Darío Espinoza, se ha dejado seducir por el quehacer artístico. 

Descubrir y capturar diferentes tonos de la piel humana ha sido el reto para la creación de estos retratos, David reinterpreta algunas imágenes que le han gustado, se detiene a estudiar sus colores, la incidencia de la luz y la sombra sobre los rostros y entre pinceladas va acariciando y revelando el volumen de estas mujeres; luego, añade sus propios toques para resaltar el color, las texturas, los atuendos y accesorios que ellas lucen. 

Esta serie aparte de contener en sí su proceso de aprendizaje es un homenaje a la mujer afro en el que se busca destacar su belleza, su gracia, su fuerza y presencia, la riqueza cromática que yace en su piel y el juego de colores vivos que visten, lucen su tez y son un fuerte referente de la alegría y el ritmo que caracteriza su cultura.