¡El misterio del Gato de Botero!
Entre las montañas del corregimiento de San Cristóbal a un enorme felino le fue encomendada la misión de custodiar la entrada de un gran edificio negro. Su llegada fue celebrada y difundida por diferentes lugares del corregimiento y la ciudad, hasta su creador estuvo allí para presentarlo a la comunidad que de ahora en adelante se convertiría en su familia.
El día de su llegada estuvo muy acompañado y fotografiado, ¡una nueva donación del Maestro Fernando Botero! Se escuchaba por doquier. Con su gran cuerpo de bronce el Gato observaba atentamente a todos los ratones de biblioteca que entraban y salían del lugar. Un buen día o… quizás una noche, la historia del Gato cambió para siempre…
¡Acompáñanos a develar cuál es el misterio que envuelve al Gato de Botero!
El 2 de abril del año 2012 llegó “El Gato de Botero” al corregimiento. Un hecho que marcó la historia social y cultural de San Cristóbal, toda vez que esta visita resonaba como espaldarazo para el reconocimiento y el posicionamiento de corregimiento como cuna de artistas y representantes de gran variedad de manifestaciones estéticas y culturales.
El Parque Biblioteca Fernando Botero ha dado cuenta de ello. Por su teatro, pasillos y aulas han pasado varios talentos de San Cristóbal. Su salón de exposiciones ha sido escenario para representaciones maravillosas que relatan historias, memorias, pensamientos e ideas por medio de la pintura, la fotografía y otras expresiones plásticas. Y el Gato ha sido un anfitrión permanente. Como simulando las mascotas de las casas campesinas, ese gato bonachón que siempre saluda y siempre disfruta de la compañía del que llega, esperando ansioso su caricia y atención.
Eso es lo bello de este ejercicio que nos propone el Maestro Botero, de tener inmerso el arte en nuestra cotidianidad, que salga del museo y las galerías, y se enfrente a la interacción con las personas, que abandone su imagen inmaculada y se mezcle en la muchedumbre. Lo anterior nos da la posibilidad, a quienes no somos usuarios frecuentes de los museos, de conocer trabajos artísticos de artistas de renombre.
Sin embargo, también nos conlleva una responsabilidad. Más allá de tomarnos la foto o sobarle el hocico al Gato, incluso más allá de apreciarlas y pensar en ese valor artístico que conllevan, sería ideal pensar en cómo podemos cuidar y procurar la protección del patrimonio artístico que suponen estas esculturas en nuestra ciudad y en nuestro corregimiento, no solo el Gato, también los murales, los collages, la escultura de El Arriero y tantas otras, para que, de aquí a mañana no nos pase lo de los bigotes, que desaparezcan y nadie sepa qué pasó con ellos…
Para ello, desde el parque biblioteca te invitamos a buscar formas de apropiación que nos permitan cuidar las obras de arte que tenemos a nuestro alcance: no subirte al Gato, ni rayarlo o dañarlo. De igual manera apreciar las obras dispuestas en la sala de exposiciones y poner en el libro de visitas eso que sentiste al verlas. Participar en las actividades de dinamización, en las que podrás aprender sobre técnicas artísticas y, en muchos casos, podrás interactuar con los artistas y, por supuesto, venir a la biblioteca y disfrutar de todas estas expresiones que son para el disfrute de todos.