El encuentro se realizó en el Teatro Macondo del Parque Biblioteca Gabriel García Márquez, Doce de Octubre, donde se socializaron temas sobre la resignificación de la memoria plural y transformadora que se produce, conserva y circula desde los espacios bibliotecarios.
 
En esta XI versión se contó con dos conferencistas internacionales como: Ludmila Da Silva Catela (Brasil), Doctora en Antropología Cultural, Profesora e investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba, quien presentó en el primer día del evento una charla sobre: “Territorios de la memoria ¿Por qué y para qué hacer memoria?”. Igualmente, Nicolas Holloway (Chile), quien compartió en el segundo día del evento la conferencia sobre: “Registros visuales de las memorias culturales, sociales y políticas”.
 
Además, se realizaron varios talleres durante los dos días, con diferentes actividades y panelistas invitados, donde compartieron con los asistentes, temas de interés patrimonial, de memoria y los alcances de estas temáticas en la construcción de narrativas que convergen historias, experiencias y vivencias a lo largo de los años, de grupos poblacionales y la evolución social, económica, política y cultural de una ciudad como Medellín.
 
Según la directora de la Biblioteca Pública Piloto – BPP: Shirley Zuluaga Cosme: “este espacio es fundamental para la construcción de una memoria que perdure en el tiempo, que el pasado se guarde para que las futuras generaciones contemplen la evolución de la ciudad a lo largo de los años y el impacto que ha generado las bibliotecas en guardar esos momentos ha sido importante en su quehacer diario”.
 
En general, ha sido una versión dedicada a la construcción de  la memoria y la conservación del patrimonio, el significado de las narrativas que conservan grandes historias, relatos, situaciones que han marcado  la vida y trascendencia del territorio donde  las comunidades residen, las bibliotecas juegan un papel esencial en la construcción de  la misma, ya que se consideran un refugio de archivos, documentos que plasman esa evolución en el pasado, la conservación y administración de los recursos bibliográficos también ha sido primordial, para que la memoria persista y transforme a quienes integran un grupo social o cultural.