Un cuento para grandes y chicos, una historia que da cuenta de lo importante que es  expresar las emociones y sentimientos, aunque para eso no medie nuestra voz.

Las jirafas no tienen voz porque no la necesitan cuando se trata de expresar sus sentimientos o cuantificar lo que se quieren. El silencio y lenguaje de las caricias también es una forma de comunicación y de compartir momentos. Este es el mensaje que Armando Quintero a través de los hermosos animales humanizados que con las ilustraciones Somá enfatizan el lenguaje del amor. Una de esas obras que desprende ternura y dibuja una

sonrisa de satisfacción en el rostro de los lectores que la contemplan.

Encuentra este y otros cuentos para trabajar la afectividad con tus pequeños aquí, en la biblioteca santa cruz.