Exposición
Recados de Papel
Solemos olvidar el poder de una palabra, de un abrazo, de un detalle. La vida se nos pasa en un correr infinito y nos olvidamos de respirar, de mirar al cielo, de saludar, de sonreírle a nuestro vecino, de decirle a nuestros seres queridos lo mucho que los apreciamos.
Solo hasta que se nos obliga, nos vemos forzados a parar y es ahí que somos conscientes de las cosas, las actividades, de aquellos pequeños detalles que dábamos por hechos, por sentados, por certeros y que ahora no lo son más.
Nos encerramos, obligados, en ese espacio que llamamos casa, con la incertidumbre como única certeza. Pensamos, matamos el tiempo, extrañamos, nos preocupamos, intentamos rebuscarnos la vida de otras maneras para traer el sustento al hogar, intentamos también estudiar, intentamos dormir y mantenernos activos para no perder la cordura.
La cuarentena: Depresiva para algunos, eterna para muchos, divertida para otros, una tortura para varios… se enmarca dentro de innumerables adjetivos para todos los que la hemos padecido, vivido y enfrentado: aburrida, triste, monótona, tranquila, desesperante, novedosa, entretenida, harta, desapercibida, normal. Y es que este encierro nos ha llevado a experimentar no solo con nuestra recursividad, sino también con nuestras mentes y nuestro tiempo, la vida ahora funciona diferente, ahora hemos tenido que aprender a vivir y convivir con alguien que muchas veces evitábamos o ignoramos: con nosotros mismos.
Esta exposición, titulada “Recados de papel” relata un poco de todo esto, un poco de nuestra ansiedad, de nuestros deseos, de nuestras ilusiones y memorias. Durante casi un mes, los estudiantes de la Ingeniería en diseño Industrial del Instituto Tecnológico Metropolitano en la asignatura Cultura Material, escribieron cartas y construyeron objetos que ahora, más que nunca, se vuelven la memoria de la cuarentena: Textos para aquellos que ya no están, que se fueron o que simplemente no les dijimos a tiempo lo que sentíamos, y junto con ellos, objetos para regalar, objetos para recordar, objetos pensados para esos destinatarios de las cartas: recuerdos, detalles, obsequios desde la distancia y que esperamos, en un futuro próximo… puedan llegar a su destino final.
Que esta exposición sea entonces una oportunidad para no olvidar el poder de una palabra, de un abrazo, de un detalle, y que la vida, luego de esta cuarentena, no se nos pase en un correr infinit