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Yo vengo de un pueblo al norte de Antioquia llamado Guadalupe. Allá yo era campesino y trabajaba el campo en semana Y los fines de semana trabajaba como cantinero. Por medio de un sindicato al cual pertenecía en el pueblo que se llamaba “Sindicato de pequeños agricultores independientes de Antioquia” me vine para el centro de Medellín en el año 1963 donde me acogieron en sus oficinas y me ofrecieron quedarme a vivir allí a cambio de cuidar la oficina y realizar labores de papelería en la máquina de escribir (boletines, propaganda sindical, publicidad).

Con el tiempo y unos ahorritos, me conseguí un local en el barrio Belén donde abrí una cafetería y me pasé a vivir allá. En el año 1968 me encontré con unos paisanos y familiares que vivían por acá en el barrio Granizal y me invitaron a pasar el fin de semana con ellos. Estando en la casa de ellos, conocí un señor que estaba vendiendo uno lotes en Granizal y me ofreció uno en $1.000 pesos que me gustó mucho. Al otro día me fui con la idea de hacerme a un lote y recuerdo que por ese año habían salido unas monedas nuevas de $1 peso las cuales yo las iba ahorrando en una cajita y cada ocho días las recogía. Cuando llegué a la casa le conté a mí esposa sobre el lote que me gustó y revisamos cuánto teníamos ahorrado en monedas, teníamos $730 pesos con los cuales pisé el lote y ya el resto lo fui pagando en cuotas.

Cuando compré el lote era sólo manga y me tocó vender una bicicleta muy buena que tenía y con ese dinero me compré 500 adobes, entonces todos los viernes por la noche luego de salir de trabajar, me venía para el lote y armaba una carpa con una “caperuza” (que es como una especie de linterna a gasolina) y me quedaba todo el fin de semana construyendo la casita. Los domingos por la noche me devolvía  para la casa y así madrugar al otro día a trabajar. Fueron tres meses en los que le estuve trabajando a la casa los fines de semana y apenas logré construir la casita me pasé a vivir del todo.

Para venir al barrio Granizal uno se podía venir en una chiva que iba para Guarne y se bajaba por Santo Domingo Savio o por un sector que le dicen Carevieja, pero éste último era muy peligroso porque había una hombre que lo llamaban así y atracaba a todo el que pasaba por allá. Tenía uno que andar en manada para evitar que le pasara algo.

Mi primera impresión del barrio fue muy buena. Me gustó mucho a pesar del pésimo estado de la carretera para venir acá, pero el clima era muy bueno y fresco porque más arriba hacía mucho frío y abajo en el centro me daba mucho calor. Además, como yo soy campesino, me gustó mucho ver tanta zona verde porque podía sembrar mis cositas y tener animales.

Ya instalado del todo en el barrio, me quedé en ese lote por ahí 5 años más y me enteré de que estaban vendiendo otros lotes más abajo del mío y decidí vender el que tenía para comprarme otro.

En el año 1974 la oficina que vendía los lotes, me propuso escoger un terreno que estuviera sin construir, que no invadiera a nadie y que fuera de ellos. Como yo había sido tan buena paga y nunca les invadí más de lo que me vendieron, me dijeron que escogiera un lote que ellos me lo iban a regalar. Así que yo escogí uno abandonado en el cuál monté una tiendita porque por acá sólo había como cinco casas y vi una oportunidad de negocio allí, ya que las otras tiendas quedaban muy lejos. Con el tiempo me fue yendo bien en las ventas y con algunos ahorros me puede hacer a otro lote que es en el que construí mi actual casa y en la que sigo viviendo desde ese entonces.

Poco a poco el barrio fue creciendo en cuanto a carreteras, se fue adecuando el acueducto y la energía eléctrica pero con ese progreso también se fue llenado de “tugurios” de familias que iban llegando buscando un lugarcito para vivir. Con mucho esfuerzo, logramos construir una pequeña capilla donde actualmente es la iglesia del barrio y para ello toda la comunidad se unió y recogíamos fondos vendiendo empanadas, haciendo bailes y trabajando con nuestras propias manos y así ya no nos tocaba ir hasta otros barrios para recibir la eucaristía.

Desde entonces vivo muy feliz en este barrio. Tengo mi casita propia, estoy acompañado de mi familia y pienso quedarme aquí hasta mis últimos días.