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Yo soy de Cocorná Antioquia pero desde muy pequeña me trajeron a vivir a Medellín. Yo toda la infancia y la juventud la pasé en el barrio Manrique y ya cuando tenía como 16 años mi papá compró una casita en el barrio Las Granjas y nos pasamos para allá. Cuando tenía como 20 años conocí a mi esposo y tuvimos un noviazgo de dos años muy bonito, no como los de ahora que son todos “amigovios” y hasta se van a vivir juntos… eso en mi tiempo no era bien visto.

Cuando yo me caso con él nos quedamos unos añitos viviendo en la casa de mis padres y ya luego nos fuimos para la casa de mi suegra que vivía en San Pablo, ahí al ladito de Granizal.  La mamá de él nos regaló el segundo piso de la casa para que nosotros construyéramos así que nos fuimos a vivir con la suegra hasta que con una liquidación que me dieron de un trabajo y con la ayuda de mi esposo que era albañil, fuimos construyendo poco a poco la casita. Cuando por fin nos pasamos, al principio no teníamos ni puertas ni ventanas pero la felicidad que uno siente de tener su casa propia no tiene precio.

Al principio vivir por acá era un poquito difícil. El sector era muy sólo porque eran pocas las casas y había que caminar mucho para tomar el transporte público. No había agua potable, para lavar la ropa tocaba ir hasta una quebrada cercana y la luz eléctrica se tenía que coger de contrabando de unos cables muy peligrosos que pasaban por todo el barrio montados sobre unos maderos, así que mejor cocinábamos con leña o en fogón de petróleo.

Con el tiempo fueron construyendo más casas, escuelas, tiendas que por acá eran muy escasas, tabernas, heladerías y ya uno se entretenía más en el barrio. Yo recuerdo que en los diciembres nos gustaba mucho irnos a caminar por acá arriba en la montaña, hacíamos “paseo de olla” y por ahí derecho recogíamos unos “chamizos” que luego en la casa los adornábamos con bolitas de algodón y esos eran los arbolitos de navidad de nuestra época. También nos gustaba mucho salir a bailar música parrandera por acá en el barrio en fiestas de vecinos o en las acciones comunales dónde se hacían bailes para recoger fondos.

Yo con mi esposo duré 45 años casada y hace 6 años que enviudé. Llevo viviendo por acá en el sector 40 años aproximadamente y mantengo en el barrio Granizal porque es un punto central de la comuna 1 en el que se realizan muchas de las reuniones de presupuesto participativo, realizan talleres del SENA en la acción comunal del barrio, también el INDER hace actividades de gimnasia en el CREM, asisto a un programa de Abuelos Cuento Cuentos en la Biblioteca Granizal, mejor dicho, a mí me gusta mucho trabajar con la comunidad, compartir tiempo con mis compañeras e ir con mis nietos a la cancha sintética a verlos jugar. Yo vivo muy feliz y agradecida con todo lo que puedo hacer en el barrio Granizal.