
Los ojos perros del perro siberiano
Es terrible darse cuenta de que uno tiene algo cuando lo está perdiendo. Eso es lo que me pasó a mí con mi hermano. Mi hermano hubiese cumplido ayer 31 años, pero murió hace 5. Se había ido de casa a los 18, yo tenía 5 años. Mi familia nunca le perdonó ninguna de las dos cosas, ni que se haya ido, ni que se haya muerto. Esto, si no fuera terrible, hasta sería gracioso. Pero no lo es, lamentablemente. Perdonen si este párrafo es confuso. Quiero contar toda la historia esta noche. Mañana me voy. Tal vez si logro repasar mi historia en voz alta, aunque sea una vez, me sienta más liviano en el momento de tomar el avión. Pero no sé si podré.

Foto de autoria propia
Esta hermosa historia narra la historia de Ezequiel, un joven hermano del protagonista quien se va de casa con 18 años tras una violenta discusión. Y quien después de contraer una enfermedad, aliviaba sus frustraciones y depresión con en el cuidado de Sacha, una hermosa perra siberiana, que desde pequeña lo ha mirado con los mismos ojos, esos ojos en los que jamás ha visto ni una sola pisca de reclamos ni de juicio.