El cine en Colombia y en Medellín está ligado, en sus inicios, a los esfuerzos individuales de emprendedores que vieron en la proyección y realización de material cinematográfico algo más que un negocio, vieron la posibilidad de crear y contar historias relacionadas con el desarrollo social, cultural, tecnológico y los acontecimientos más importantes de su contexto.
En la década de 1910 hace su aparición la familia Acevedo que tuvo gran importancia para la exhibición y producción cinematográfica a nivel nacional. La Compañía Cinematográfica Colombiana, fundada por Arturo Acevedo Vallarino y sus hijos Gonzalo y Álvaro, entre 1924 y 1955 pusieron en imágenes la actualidad y la memoria del país. También estrenaron la primera película sonora de la nación:
“pese a que en 1927 el mundo ya sabía de qué se trataba el cine parlante gracias a la película The Jazz Singer dirigida por Alan Crosland, en Colombia, con diez años de atraso técnico, se estrenaría el primer largometraje sonoro. Enmarcada en el género documental y realizado por Gonzalo Acevedo y Carlos Schroeder, la película que nos sumergió en la magia del sonido fue De la cuna al sepulcro, que cuenta los momentos de la niñez de Enrique Olaya Herrera y las ceremonias y homenajes realizados desde que su cadáver toca tierra colombiana en Buenaventura hasta su entierro en Bogotá.”[1]
En 1912 los hermanos Di Doménico con su empresa Sicla (Sociedad Industrial Cinematográfica), quienes destacan por sus habilidades, contactos, trayectoria y capacidad para promocionar las películas y adecuar los espacios para su proyección, contribuyendo a la formación de públicos para el cine. Sicla se convirtió en una de las empresas más rentables y competitivas del negocio del espectáculo, hasta que fue comprada por Cine Colombia en 1928.
Cine Colombia fue creada el 28 de mayo de 1927 en Medellín, por los empresarios Gabriel Ángel y Roberto Vélez con la intención de controlar y monopolizar el negocio de la exhibición de películas. Con la compra de la empresa de los hermanos Di Doménico y el cierre de sus laboratorios, los únicos en Bogotá que permitían el procesamiento de negativos, se encareció y disminuyó la producción cinematográfica nacional, entre 1928 y 1940 no se estrenaron películas colombianas, solo se realizaron algunos documentales como Colombia victoriosa (1933) y De la cuna al sepulcro (1937).
La nueva empresa también adquiere equipos, cámaras, teatros y películas, derechos de distribución que eran parte de la red de exhibición cinematográfica de los hermanos Di Doménico. En pocas palabras, lo que compra Cine Colombia es la infraestructura para proyectar cine de manera exitosa en la ciudad de Medellín[2]. Las películas que le gustaban al público, las salas, los horarios de reproducción, los sitios para la proyección, la forma de promocionar los estrenos y la censura, eran aspectos que en su momento controlaban personas como los hermanos Di Doménico, y que terminarían bajo el control de la naciente compañía.
El año de creación de Cine Colombia coincide con el nacimiento del cine sonoro, en 1927 se estrena en Estados Unidos la película The Jazz Singer dirigida por Alan Crosland, esto implicaba una nueva forma de hacer, proyectar y ver cine que exigía la adaptación de la tecnología a las nuevas formar de producción y exhibición cinematográfica.
El periodo entre 1927 y 1940, en relación con el cine colombiano, se conoce como “la tragedia del sonido”, ya que evidencia la dificultad de exhibidores y productores para adaptarse a la nueva tecnología y el nuevo sistema de producción del cine sonoro. Si tenemos en cuenta que entre 1922 y 1928 se produjeron 14 largometrajes silentes en silentes en Colombia, este periodo se puede considerar como una época oscura para el cine colombiano.[3]
Estos años no fueron del todo infructuosos, algunos personajes de la industria estaban dispuestos a encontrar una solución a los problemas de adaptación. “En 1930 el ingeniero Carlos Schroeder había introducido al mercado el «Cine Voz Colombia» un aparato “fabricado enteramente en el país”. Este equipo permitía que tanto el sistema Vitaphone de discos y el Movietone de sonido óptico fueran reproducidos “con perfecta exactitud”. La exhibición del cine extranjero sonoro con la tecnología “made in Colombia”, con el “cronofotófono” del ingeniero Carlos Schroeder comenzó a instalarse en los teatros que adaptaban sus proyectores primero al cine sonoro y luego al sonoro y parlante.”[4]
Algunos de los intentos de producción audiovisual sonora que se realizaron en la década del 30 se relacionan con noticiarios, cortos documentales y anuncios publicitarios. El primero es Colombia Victoriosa (1933), trataba el tema de la guerra con Perú. Producida por los Acevedo que armaron la película con imágenes de sus noticieros que documentaban la guerra, con la dramatización y reconstrucción de escenas. Esta película movió el sentimiento nacionalista del país. La producción se sonorizó usando materiales de utilería que fueron puestos atrás del escenario.
Otra de las producciones realizadas durante esta década es Olaya Herrera y Eduardo Santos o De la cuna al sepulcro (1937), producido por la familia Acevedo y el cual se convertiría en la primera película con sonido postsincronizado. El documental trataba de la vida de los líderes del partido liberal.
En 1937 los Acevedo en asocio con Carlos Schroeder hicieron las primeras filmaciones con sonido grabado y sincronizado, esta producción se llamó Los primeros ensayos del cine parlante nacional, “estrenada el primero de abril de 1937, con una duración de 25 minutos de los cuales solo se conservan nueve. El ingeniero Schroeder fue el responsable del montaje del sistema para captar el sonido y él aparece en la cinta, pero paradójicamente solo sonríe, no habla. El resto son mensajes parlantes de Gonzalo Acevedo (coproductor del filme) y de otros personajes, aderezados con varias interpretaciones musicales entre las cuales no podía faltar la del himno nacional en la versión de la Banda Nacional, bajo la dirección del maestro José Rozo Contreras. Desafortunadamente una de las partes que se perdió de este documental fue el sonido; en imágenes se conserva la actuación de las Hermanitas Chávez (Berenice y Cecilia), quienes cantan acompañadas por su padre, Isidoro Chávez.”[5]
La novedad del sonido y su sincronización con la imagen también posibilitó el surgimiento de pequeñas productoras que vieron potencial en estas herramientas para la elaboración de cortos publicitarios. En Medellín surgieron productoras como The Medellín Hollywood Pictures, de Urbano Valdés; la agencia Kodak, de Óscar Duperly, cuyo eslogan era “Cine en el Hogar”; la Compañía Medellín Film, de Tulio Vásquez y Jesús Cardeño, y la Sociedad Filmadora de Antioquia, Sofilan. Algunas de las empresas que encargaron videos publicitarios en esa década y que existen en la actualidad son la Nacional de Tabaco y Cerveza Pilsen, el municipio de Medellín también encargó un video publicitario.
Esto es solo un pequeño acercamiento al cine colombiano de la década de 1930, época en la que la producción de películas colombianas entra en declive debido a las transformaciones que tiene la industria cinematográfica producto de los avances tecnológico y la aparición del cine sonoro a escala mundial. A pesar de las dificultades, este periodo también se caracteriza por los esfuerzos y el ingenio de los emprendedores y empresarios del cine para hacer frente a los cambios para contar sus historias y realizar sus producciones.

Cartel de la película «The jazz singer» (1927). Tomado de www.filmaffinity.com
[1] Colombia de película. Cartilla de cine colombiano. Ministerio de Cultura, 2015. P. 5.
[2] Germán Franco Díez, Mirando solo a la tierra. Cine y sociedad espectadora en Medellín (1900 – 1930). Bogotá. Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2013. P. 138.
[3] Historia del cine colombiano y de la Cinemateca de Bogotá. http://geografiavirtual.com/2017/08/cine-colombiano-cinemateca/
[4] Historia del cine colombiano. Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano. P. 32.
file:///C:/Users/Usuario/Downloads/historia_del_cine_colombiano_fpfc.pdf
[5] Historia del cine colombiano. Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano. P. 33.
file:///C:/Users/Usuario/Downloads/historia_del_cine_colombiano_fpfc.pdf