Es una propuesta que busca hacer difusión de aspectos culturales del corregimiento de Santa Elena, en este espacio hablaremos sobre historia, memorias y saberes locales.
Breve contexto del corregimiento de Santa Elena
Santa Elena es uno de los cinco corregimientos que forman el área rural de Medellín, se constituye en Corregimiento en el año 1987 a partir del Acuerdo 54 del Concejo de Medellín. Está ubicado en la meseta oriental de la cordillera central, entre los Valles de Aburrá y San Nicolás; limita por el norte con los municipios de Bello y Copacabana, al oriente con los municipios de Guarne y Rionegro, por el sur con el Municipio de Envigado, y en el occidente con el perímetro urbano de Medellín. Se distribuye administrativamente en once veredas, pero ancestralmente incluye un territorio más amplio que incorpora seis veredas de otros municipios, con las que se comparten dinámicas específicas y expresiones culturales como parte integral de su identidad, cultura y tradición silletera. Así mismo, cada vereda se divide en sectores, que toman su nombre de acuerdo con un elemento reconocido por la comunidad o de los apellidos de las familias que lo habitan.
El corregimiento tiene una población potencial de 20.328 habitantes residentes en el corregimiento, 9.708 hombres y 10.620 mujeres, con una población discapacitada de aproximadamente 2.223 personas según el Plan de Desarrollo Local 2015, y una población indígena de 96 personas según Encuesta de Calidad de Vida 2013, esta población, según el POT, habita en once (11) veredas que constituyen el territorio corregimental, pero social y culturalmente está compuesto por 19 veredas distribuidas entre los municipios de Rionegro, Guarne, Medellín y Envigado.
La economía del corregimiento se basa en la actividad agropecuaria de menor escala, el cultivo de papa, moras, fresas, ganadería de leche, hortalizas, champiñones, extracción de productos del bosque y cultivo de flores, referente del corregimiento que lo ha convertido en destino turístico a nivel nacional e internacional con la celebración de la Feria de las Flores compuesta de actividades dedicadas a exaltar la cultura campesina del corregimiento como lo es el Desfile de Silleteros. En el corregimiento se pueden observar vestigios arqueológicos como caminos y explotaciones mineras de la época precolombina, colonial y republicanas. Es importante destacar el desarrollo turístico asociado a prácticas paisajísticas y medio ambientales, fomentando el desarrollo de proyectos ecoturísticos en cada una de las veredas.
En la actualidad la dinámica territorial, social y cultural del corregimiento de Santa Elena, debido a su cercanía con la ciudad de Medellín, se caracteriza por la irrupción de otros habitantes en el corregimiento, que transforman la dinámica entre lo rural y lo urbano, permitiendo la transformación del territorio en lo que se denominan nuevas ruralidades[1] o nuevas urbanidades[2]. Esta dinámica, que convierte al corregimiento en una frontera entre lo rural y lo urbano, transforma las relaciones sociales actuales y enriquecen la cultura del territorio y sus habitantes. Por otra parte, estos cambios socioculturales ponen en riesgo elementos de la tradición, el patrimonio y la cultura del corregimiento.
[1] Se considera Santa Elena como nueva ruralidad en los siguientes términos: “Cuando el espacio rural añade sus funciones tradicionales de producción de alimentos, de madera de fibras y materias primas en general, nuevas actividades relacionadas con servicios que requieren de la conservación de la naturaleza tales como los espacios verdes, la producción de energía, los recursos paisajísticos y los recreativos, funciones éstas que incorporan al hábitat rural formas de vida y quehaceres típicamente urbanos que las modernas sociedades urbanizadas e industrializadas, exigen como garantía de calidad de vida: en resumen, netamente urbanos.” En: Alcaldía de Medellín. Corregimiento de Santa Elena. Aproximaciones a su memoria, historia y vida cotidiana. 2009. p.73.
[2] Las nuevas urbanidades son consideradas “aquellas actividades urbanas que se realizan en cualquier sitio, porque no solo en la ciudad se vive la urbe, también en los territorios rurales existen actividades y elementos que por sus características pueden determinarse como urbanos, ya no es sólo la ciudad la que alberga diversidad, en el campo también puede encontrarse el surgimiento de relaciones superfluas, estructuras tecnológicas, elementos comunicacionales que hacen más compleja la relación del habitante y su territorio. De allí que estos espacios naturales conserven actualmente paisajes boscosos, costumbres rurales, hábitos campesinos, pero con la influencia de prácticas urbanas que complementan su cotidianidad.”: Alcaldía de Medellín. Corregimiento de Santa Elena. Aproximaciones a su memoria, historia y vida cotidiana. 2009. p.74.