Los espacios expositivos nos llevan a recorrer con magia su entorno, nos responde con sus imágenes las premisas que se tienen, nos desdibuja las ideas preconcebidas que los códigos culturales nos han heredado, nos llega además a nuestras manos la posibilidad de una caricia frente a lo desconocido y a veces temeroso del mismo acto romántico. Este espacio se dispone a tus pies para que libremente lo recorras y reconozcas en él un pedazo de fragmento del mundo desde las manos creadoras de un alguien.