El aniversario número 10 se celebró con bombos y platillos, el pasado 4 de marzo de 2016 en la Biblioteca La Floresta, lugar donde inició este programa voluntariado.
Con estas palabras escritas por Marcela Luján y David Ortiz, se rindió un homenaje a los abuelitos que con tanta dedicación y cariño han llevado la lectura a diferentes espacios de la ciudad.
Nuestros diez primeros años
Ser voluntario sin duda es adquirir un compromiso o labor noble desinteresada, ardua, pero es también el más amplio sentido de responsabilidad social con el otro. Desde hace diez años estamos materializando un sueño que ha llevado las palabras lejos, convirtiéndonos en portadores de felicidad y autonomía para ayudar al otro recibiendo como remuneración la sonrisa y gratificación de vivir para ayudar, para dar la mano.
Para iniciar con la celebración que nos convoca el día de hoy es necesario empezar con la palabra en todas sus formas, hablada, cantada, sentida y contada. La palabra que se otorga y cual jardín de letras germina en los corazones de los que atentamente la escuchan esperando desenvolver en su magia un sentido oculto del devenir de la vida misma. La palabra de los ¿Por qué no decirlo? Héroes que se entregan, con armas de papel, a llevar historias, cuentos y vida. Estas palabras que flotan debido al agradecimiento que emana de tan bella labor, de tan arduo trabajo, de tan entregada convicción.
Ser un Abuelo Cuenta Cuentos es ser transmisor de palabras vivas porque es la misma vida la que determina, en su más excelsa belleza, la labor de aquellos que deciden entregar su tiempo en un mundo de tantos afanes. Ser Abuelo Cuenta Cuentos es ser parte de una red de amigos que tejen relaciones con la realidad, la ficción y las personas; es ser constructores de unos puentes que conectan generaciones y con ellas la grandeza de repartir las mejores historias.
El ser parte directa de este proyecto como formadora, como compañera, ha sido para mí un aprendizaje significativo que no tiene ni tendrá precio, ha representado una cumbre en la labor de lo que he decidido hacer con lo aprendido en la academia. He conseguido historias y relatos de fuerza, de lucha y de vida que se han consagrado en un espacio de honor para lo sagrado en el rincón de la memoria. Por esto es mi más sincero deseo el agradecer, desde la razón, el corazón y el ser, sus esfuerzos, sus voluntades, su tesón y su convicción para no renunciar a contar historias; a tejer palabras y formar una red en la que se cobijan sueños y vivencias; Gracias por ser parte de esta propuesta que le da valor a la labor a nuestra querida biblioteca y que le da todo el valor a nuestra sociedad.
Marcela Luján Villegas
Gestora de Fomento de lectura y escritura
Biblioteca Público Barrial La Floresta