Emily Dickinson en su torre de marfil
«El alma elige su propia compañía
después cierra la puerta.»
Emily Dickinson

¿Qué es lo que nos interesa de la obra de arte?
Hay quienes concentran su interés en desentrañar aspectos formales de la obra del autor y hay quienes interpretan la vida del autor a partir de su obra, así lo hace Laura Freixas en su conferencia titulada Emily Dickinson: una genia con actividad propia, en la cual nos basamos en un principio para especular un poco acerca de quién era aquella enigmática autora, sobre todo porque parece motivo de alarma el hecho de que haya decidido recluirse en su casa a escribir; reproduciendo el fenómeno de la «torre de marfil», símbolo del aislamiento del artista soñador que se aparta de la realidad de la vida diaria para dedicarse al arte “puro”, en este caso, la escritura de su obra poética.
De Emily Dickinson se sabe que nació en Amherst, Massachusetts, Estados Unidos el 10 de diciembre de 1830, treinta años antes de la Guerra de Secesión. Conflicto civil librado desde 1861 hasta 1865 entre los estados del norte y el sur del país americano, quienes tenían posturas distintas sobre la esclavitud y la actividad acorde para su desarollo económico (plantaciones/industria). Este tema es trabajado en la película Historia de una pasión, en la que el personaje que interpreta a Emily, compara la vida de una mujer con la esclavitud. Es por ello que, contradiciendo el hecho de que ella se encontrara en su torre de marfil por elección propia, nos preguntamos si esta supuesta elección no será más bien una consecuencia de la realidad de las mujeres de la época, relegadas al ámbito del hogar, la imposición masculina y las virtudes cristianas que demandaban la bienandanza de sus relaciones domésticas.
De tales especulaciones, surge la consideración de que no tiene sentido interpretar la vida de un autor a partir de su obra, dado que esto puede ser contraproducente e injusto con el mismo en tanto su creación no es ni tiene que ser producto de su experiencia de vida o sus creencias personales. Sería mejor entonces preguntarse por asuntos esenciales de la obra de Dickinson, tales como:
¿Qué pasaba en el inconsciente colectivo norteamericano de su época?
¿Por qué escribían y por qué escriben las mujeres?
Así, con el ánimo de experimentar también la escritura de aquella mujer, nos ponemos en la tarea de imitarla reemplazando los sustantivos concretos y abstractos de su poema 1755:
Para hacer una praderase necesita un trébol y una abeja,un trébol y una abeja.Y el ensueño.El ensueño bastarási las abejas son pocas.
La poesía de Emily Dickinson es para mí ensoñación. Basta con sentir su poesía y a cada uno le llega de manera diferente. Así, habría millones de Emily….s.