Viajes con Heródoto, obra autobiográfica de Ryszard Kapuściński, da lugar a varios temas sobre los cuales detenerse: el deseo de cruzar fronteras, el oficio de recorrer diversos lugares del mundo, la barrera de la lengua, la intertextualidad entre el libro escrito y las lecturas realizadas por el autor, la divulgación de la Historia de Heródoto, la memoria de la guerra.
Ryszard Kapuściński, periodista polaco convertido en referente mundial por sus reportajes sobre lo sucedido en zonas de conflicto al margen de la centralidad, desde muy joven tuvo el impulso de cruzar una frontera, cualquiera que fuese. Así resultó en la India, sin saber ni pizca de inglés ni mucho menos de la multiplicidad de lenguas que hablaban en tan diverso país. Ello, por supuesto, le trajo dificultades de comunicación y relacionamiento con esta cultura que lo llevaron a aplicar múltiples métodos de aprendizaje autodidacta infructuosos. Aun así, continuó recorriendo otros países asiáticos y africanos donde debía enfrentarse con el mismo problema; descubriendo de tal forma, que no solo se requería de la palabra escrita y hablada para entenderse con otros, sino que también los rostros, las expresiones, los gestos, las miradas, los ademanes, las vestimentas, los movimientos y las actitudes comunicaban.
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