Memoria y Verdad

1996

Alza la vista para Altavista

El 29 de junio en el corregimiento de Altavista se conmemora la masacre ocurrida en 1996, en su honor diferentes actores culturales encabezados por la Corporación Cultural Altavista, se unen para ofrecer a la comunidad y a las familias de las victimas un espacio de reconocimiento, memoria y verdad.

Se inicia con un conversatorio en la Biblioteca Publica Altavista, en el que participan, Daniel Baena, miembro Corporación Cultural Altavista y l’atelier Le Graine, Mauricio Mejía del Consejo de la paz territorial y derechos Humanos Altavista y Yaneth una madre testigo, espacio moderado por Julián Marín coordinador técnico de secretaria de juventud. Un momento para intercambiar palabras, ideas y sentires sobre la memoria, una memoria viva que atraviesa el cuerpo, que trae historias con finales y comienzos, pero que al compartir con otros permiten un solo abrazo que acompaña el dolor y la reconciliación.

Terminado el conversatorio inicia un recorrido territorial guiado por Sergio López de la Corporación Cultura Altavista, una invitación a caminar el corregimiento, reconociendo su historia, dinámicas y actores. En el camino se encuentran elementos representativos del territorio que narran  luchas colectivas, pero sin duda,  el pico de emociones de este recorrido  es la llegada al lugar de los lechos, se observa como todos participantes se sienten estremecidos  ante la narración del hecho lleno de dolor que le arrebato los sueños a 16 jóvenes y que dejo viviendo con miedo a todos los habitantes, allí cada asistente enciende una vela en su memoria e intencionan su luz con amor manifestando su compromiso de no olvidar para no repetir.

Nuestro recorrido finaliza en la corporación cultural Altavista, un lugar lleno de magia en el que puede sentir el abrazo de las manos que la construyeron, una casa abierta con paredes que cuentas historias, con personas que hacen guiños de paz, un colectivo que regocija, dispuesto a las búsquedas colectivas

En esta casa, nos volvemos una sola piel al ser espectadores de la obra teatral 1996, una puesta en escena que no solo conmemora los hechos ocurridos ese oscuro 29 de junio, si no que hace vibrar la realidad de una ciudad, de todo el pueblo colombiano y demuestra que el arte es por excelencia el medio que logra el sentimiento colectivo, que permite sentir a través de la vivencia del otro, así el dolor del otro deja de ser ajeno, para convertirse en cercano, en lo propio.

En esta creación artística se hace visible una Altavista unida en miles de historias, con múltiples voces, capaces de bailar juntas. Ser espectador hace que se inunden los ojos de lágrimas, al compás de los cuerpos danzantes, de las luces que se deslizan por las telas, de la música, las voces que con fuerza se expanden por el espacio y del talento de estos jóvenes que reclaman vivir sin miedo y conmemoran aquellos que no pudieron soñar.

Nathali Betancur Betancur

Mediadora Social y cultural

Biblioteca Pública Altavista