Raúl Gómez Jattin nace el 31 de mayo de 1945 en la ciudad de Cartagena, pero es oriundo de Cereté, Córdoba, pueblo situado en el valle del Sinú. Allí, a las orillas del río Sinú, transcurrirá su infancia y crecerá su poesía. Sus versos abren un mundo, aquél en el que gozó y padeció con intensidad; nombran el país que habitó, el de su gente, el de sus animales, el de sus días y sus noches, el de sus odios y sus amores, el de sus fantasmas. El poeta, no siempre de modo expreso, va recortando su silueta en cada poema. Nos sale al encuentro en su poesía, lo reconocemos, y en el eco de sus palabras, nos reconocemos.
El padre del poeta, abogado de profesión, sociólogo y amante de la literatura, influyó de modo determinante en la sensibilidad de su hijo menor. Raúl fue criado en una ambiente familiar amoroso, lleno de respeto y cariño; creció alimentado por el gusto y el refinamiento oriental de la madre y por la sabiduría y cultura del padre; manifiesta desde muy joven aptitudes con las palabras: es agudo, imaginativo y se atreve con la escritura.
Raúl Gómez Jattin fue un lector ávido, amante de la historia y la literatura clásicas, conocedor de la poesía española y latinoamericana. En Bogotá, mientras cursa estudios universitarios, comienza su acercamiento al teatro y en poco tiempo se dedica de lleno y con pasión a este arte. Durante esa época da a conocer pequeños poemas o versos que ha venido escribiendo en un cuaderno de notas. En conversación con un amigo, Raúl se pregunta:
¿Cómo llamar esta nueva edad? ¿Edad de la palabra? ¿Del ensueño? ¿Del encuentro? Unas cuantas palabras son suficientes para nombrar el mundo, y la poesía, ese intento desgarrador de hacer semejantes todas las cosas, su señal. Acceder a esa señal nos salva de la muerte.
Luego de varios años universitarios, Raúl Gómez Jattin regresa a Cereté. Atrás ha dejado inconclusos los estudios de Derecho, y se desliga del teatro. De nuevo en el pueblo natal, vive en Mozambique, la finca familiar que había levantado su padre. Es un momento de ruptura en su vida, de transformación radical, de ensimismamiento. Raúl se construye en soledad; se vuelca de lleno a la poesía, a la búsqueda de una voz propia.

Raúl Gómez Jattin nunca quiso pertenecer a ningún círculo o grupo literario. Prefirió leer y escribir poesía alejado del bullicio de las gentes de letras. En 1978 le envía veinte poemas a un amigo de Bogotá, quien los publicará un año después con el título de Poemas. En 1988 otros dos amigos del poeta se encargarán de la publicación del Tríptico cereteano, compendio de tres poemarios: Retratos, Amanecer en el valle del Sinú y Del Amor.
Tras la muerte de la madre, Raúl comienza una especie de existencia errante: duerme en parques, calles y hoteluchos de Córdoba, Cartagena y Bogotá; pasa temporadas en la casa de algún amigo, o en hospitales y sanatorios; padece violentos trastornos psicológicos, los cuales progresivamente socavarán su integridad física y mental. Su obra poco a poco va siendo divulgada y reconocida. En 1989, con la ayuda de unos amigos cartageneros, publica el poemario Hijos del Tiempo.
En 1993, en uno de los tantos ingresos al Hospital San Pablo de Cartagena, Raúl compone de un tirón el puñado de poemas que constituirán el libro Esplendor de la mariposa; y a finales de ese mismo año comienza a escribir una serie de poemas que conformarán su obra póstuma El libro de la locura.
En una mañana de mayo de 1997 el poeta Raúl Gómez Jattin muere al ser arrollado por un vehículo en una avenida de Cartagena. Unos meses antes se había expresado así sobre su travesía vital y poética:
Desde niño soñé tener una existencia dedicada al arte, ser escritor y hombre de teatro, y lo conseguí a costa de mi propia vida. La he inmolado ante el altar de la belleza, de su total belleza. El que quiera ser poeta tiene que estar dispuesto a sacrificar su existencia. La poesía es algo más que un destino literario y le exigirá todo a cambio de un grano de placer. El poeta deberá vivir poéticamente.
Clasificación Bibliográfica: C861 G633a
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Diego Hernan Torres, filósofo de la Universidad de Antioquia.