«Ha habido a lo largo de la historia un menosprecio innegable por las culturas orales, en esta línea, por las culturas ancestrales y las campesinas. La obligatoriedad de la escritura como elemento de valor para que una cultura fuera llamada “avanzada” y “superior” ha hecho que las culturas orales americanas caigan en el olvido o el desprecio. Es innegable que es posible reconstruir las poéticas ancestrales hoy día. Solo hace falta desritualizar la escritura y ubicarla al mismo nivel de la oralidad.

(…) Nuestros campesinos son grandes bibliotecas andantes, sus conocimientos del floklore, de la tierra, de las plantas, de las tradiciones de cada zona, son inconmensurables. Recuerdan para que no se olvide, recuerdan y cuentan una y otra vez para que al morir, esas bibliotecas se transformen en otras, de la mano de sus nietos. Muchas de las actividades que desarrollamos hoy desde las bibliotecas están enfocadas a recoger esa memoria local, esas historias y bibliotecas mágicas que son nuestros abuelos, esos seres que desde la infancia llenaron de magia nuestras cabezas con sus palabras.»

– Eliana Maldonado, Gestora Coordinadora Parque Biblioteca Fernando Botero San Cristóbal.

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